Surgidos
en la geografía árida y complaciente del barrio de Mataderos, con todos
los vicios y virtudes del follaje urbano, La Renga se transformó en un referente
claro de la última generación del rock nacional. La banda se consolidó entre
un público incondicional que interpretó toda una ideología a partir del
mensaje contestatario y una postura al margen de los negocios del mundo
del espectáculo. Miles de chicos llenan estadios cada vez que el grupo de
Mataderos aparece para tocar y cada vez son más los que advierten similitudes
con los emblemáticos Redonditos de Ricota.
Todo
comenzó en las nochecitas de Mataderos cuando la banda de amigos se juntaban
para tomar algunas cervezas y perderse en conversaciones metafísicas que
no eran otra cosa que el análisis de lo cotidiano de lo que pasa en cada
esquina de barrio, en cada casa de clase media y baja de este país. La música
merodeaba en sus cabezas con ganas de atraparlos y fundirlos en un grupo
de rock. Eso fue lo que pasó por una sencilla necesidad de "empezar
a traducir en música esas conversaciones que teníamos y decir lo que pasa
entre acordes de guitarra" Gustavo Chizzo Nápoli, y los hermanos
Jorge Y Gabriel Iglesias cimentaron una banda de rock que estaba decidida
a salir a tocar sin transar con nadie y con una ideología semejante a la
de los Redonditos de Ricota. Corría el año 1988 y todavía los tres adolescentes
inquietos no habían terminado el secundario -"invertíamos mucho tiempo
en la música y en otras cosas tan interesantes como estar en un aula de
clase", comentaría años más tarde un miembro de la banda-, pero ya
estaban trabajando en diferentes oficios para conseguir algo de plata. Ninguno
de los tres imaginaba que las curvas del destino irían guiando a este trío
hasta convertirse en el referente de miles de jóvenes no solo de Argentina
sino de muchos países de Latinoamérica. Hasta ese momento Chizzo era un
eficaz changarín que se las rebuscaba con trabajos de plomería, Gabriel
"Tete" repar- tía sus horas entre la lectura de viejas colecciones
literarias y su cargo de obrero raso en una fábrica de bujías y Jorge "Tanque"
manejaba un taxi por la ciudad y recolectaba historias urbanas. El país
se debatía entre los agitados días de la hiperinflación y el gobierno de
Raúl Alfonsín agonizaba. El equipo del barrio, Nueva Chicago, concentraba
centenas de fanáticos en los tablones con una destacada campaña. Y mientras
tanto, en una calle con aroma arrabalero, Chizzo, Juan y Gabriel se juntaban
a zapar. Por esa época, los hermanos Iglesias y Nápoli se prendieron a una
zapada colectiva en la plaza. Allí había gente de todo el barrio y la cosa
había sido organizada por otros pibes de la zona. Esa noche empezaba un
nuevo año y cada uno de los tres muchachos había augurado "un 1988
con emociones fuertes". El deseo comenzó a hacerse realidad poco después,
aunque a esa altura los tres tipos de pelo largo, pantalones de jean ajustados
al cuerpo y remeras negras, ni siquiera se dieron cuenta. La historia oficial
acredita que aquella noche de estrellas luminosas y brisa cálida, Chizzo,
Tanque y Tete se calzaron los instrumentos y comenzaron a forjar la historia
de la banda que con el tiempo sería la más famosa de todo Mataderos: La
Renga. Chizzo se colgó la guitarra, Tanque se sentó en la batería y Gabriel
se las arregló con el bajo. Los tres amigos de barrio siguieron reuniéndose
para improvisar algunos experimentos musicales en salas de ensayos que habían
decidido montar en sus habitaciones. Desde aquél momento hubo códigos y
leyes inquebrantables sostenidas por la trilogía "sencillez, honestidad
y amistad". Con esos valores los pibes de Mataderos dieron inicio a
La Renga. Fue gracias a estos postulados innegociables que La Renga se transformó
en poco tiempo en una banda de culto para miles de adolescentes ávidos de
encontrar un nuevo mesías de las calles. La banda captó un sector del público
adolescente de escasos recursos económicos, que tiene como prioridad el
trabajo antes que el estudio y suele rebelarse con argumentos puntuales
hacia una sociedad que cada vez desvía más lo valores hacia la estética
cáscara. Los muchachos todavía recuerdan cuando Chizzo lanzó su hoja de
ruta para encarar los terrenos de la industria del rock nacional: "Todos
acá estamos pelando por la misma", l.a postura rebelde y contestataria
comenzó a salpicar los shows de la banda y por eso no faltaron frases tales
como "ahora que el gobierno democrático es casi como el de los represores
pero con otro chamuyo". La suerte ya estaba echada y una vieja conocida
que tenía habiridades cultas en el tema del tarot y la lectura del futuro
le murmuró al oído de Chizzo que había que darle para adelante con el tema
este de la música. La Renga ni dudó y se lanzó a las calles con su mensaje
crudo y frontal. Los meses fueron cayendo del almanaque de aquel 1988 mientras
la agrupación tocaba y al mismo tiempo cada uno mantenía su empleo. El estilo
se fue gestando con la fusión de blues argentino y un rock & roll cuadrado,
con ritmo suficiente para levantar de las sillas a los que se acercaban
a escucharlos. Los gustos de los músicos no han cambiado demasiado desde
aqúellos días y todavía guardan los discos de Vox Dei, Manal y Pappo's Blues,
que siempre son mechados con Iron Maiden y Led Zeppelin. De la mezcla de
esos estilos lograron ritmos poco originales en su estructura, pero con
letras francas y agresivas, y sonidos pega- dizos. Algunos covers de Creedence
Clearwater Revival y otros temas propios fue ron la receta que La Renga
Ilevó bajo el brazo en sus primeras excursiones para tocar más allá de la
frontera del barrio. El ineludible obstáculo que significa trasladar los
equipos y cargar con los gastos del traslado fue resuelto entre los amigos
de la banda, quienes de a poco empezaron edificar una suerte de pasado "en
la que se repar--ten pérdidas y gancias". "Tras unas pocas presentaciones
callejeras y en fiestas de conocidos, nos fuimos a tocar a Larrazabal",
siempre recuerda el guitarrista cuando evoca los tiempos de trasnoches en
el club social y deportivo con nombre de prócer. Era una típica sociedad
de fo- mentos en desarrollo que tenía que sacrificar una mesa de billar
para que Tanque apoyara su batería. Eran épocas de letras sencillas con
motivos recurrentes como la cerveza, las mujeres, la droga, la amistad y
la rebeldía contra "el caretaje". La difusión "de boca en
boca" hizo que en poco tiempo el club les quedara chico y comenzaran
a buscar otros lugares. "Llegamos a tocar en una iglesia", admitió
con sonrisa beática el líder de la banda. Lentamente La Renga llegó a E1
Galpón del Sur, donde echó las raíces de lo que se constituiría en un nuevo
fenómeno de la música local. "Estaba bueno tocar ahí porque la onda
con la gente era bárbara y parecíamos una gran familia. En verdad, el lugar
era ideal para que los músicos y el público entablaran una mágica conversación,
en el que no sólo el lenguaje musical era el denominador común, sino que
había una verdadera comunión de gestos, señales y palabras entre ambos "
. Tal como se encargarían de repetir los músicos cada vez que realicen una
retrospectiva, la frase saldrá sola: " nosotros nos hicimos de abajo".
"Somos cultores del rock suburbano y proletario, pero sin caer en una
actitud apologética. Reivindicamos el barrio y la actitud antisnobista de
las bandas argentina de los años ´70". Y así no más, sin desviarse
del carril fijado, La Renga entró a grabar al estudio privado "El Zoológico"
en 1991, año en el que editan en forma independiente un casete que lleva
como título "Esquivando charcos". Fueron momentos de gloria para
este trío de Mataderos y si bien el deseo no llegó a las bateas, logró vender
un millar de copias entre los seguidores, todo un éxito para la ocasión.
Este trabajo discográfico los mantuvo rodando durante dos años por decenas
de locales nocturnos y escenarios de la Capital y la Provincia. Quizá mucha
gente que los vio en aquella época nunca más se despegó de ellos, pues a
la música contundente habían añadido una escenografía pulida y atrayente.
Los recitales eran armados exclusivamente por los amigos de la banda y los
músicos, en su afán de crecimiento, incorporaron a sus presentaciones en
vivo a Chiflo, en saxo, y Manu, en trompeta y armónica, dos amigos de La
Renga. Sobre el escenario, los covers eran cada vez menos y temas como "2+2=3"
y " Blues cardíaco", comenzaron a impregnarse a la emoción de
los espectadores. Poco después llegó " El rito de los corazones sangrando"
y hubo un nuevo giro. Ya corría el año 1993 y el tema comenzó a galopar
por los oídos de todos los fans de la banda porque ésta consiguió registrarlo
en un nuevo casete independiente bautizado " A donde me lleva la vida".
Este material recordado por sus canciones ácidas y potentes fue producido
por La Renga y alcanzó una venta similar al primero. Además de estar en
boca de todo el circuito musical, la agrupación debió abandonar El Galpón
del sur debido a la gran cantidad de público que convocaba. En el recital
de despedida además de lágrimas y promesas de " seguir juntos hasta
siempre", sucedió algo increíble y hermoso para la banda, ya que sorpresivamente
la gente comenzó a corear el número de teléfono de Tete y aquellos que lograron
memorizarlo todavía pueden llamarlo. Una vez superada esta nueva escala
el grupo comenzó a sentir otra responsabilidad y se juraron tener cada vez
mayor fidelidad hacia sus principios. Los músicos decidieron tocar en Cemento
y agasajar a sus invitados con " un vasito de vino y un plato de buseca".
Chizzo explicó sin vueltas aquella iniciativa: " simplemente estamos
contra los piojos resucitados y a favor de la buseca y el vino tinto".
Los shows en el boliche de la calle Estados Unidos se multiplicaron a lo
largo de ese año y alternaron con presentaciones de la banda en diferentes
conciertos de carácter popular y en reclamos de justicia para distintas
causas sociales, en las que dejaron sentado un compromiso político muy marcado
cada vez que advertían que era una causa justa. La banda era pura satisfacción
y entusiasmo con lo que se había realizado, pero nadie esperaba que la mano
siguiera creciendo sin parar como en 1994. Ese año, hubo un punto inflexivo
que los hizo ceder ante la insistencia de Polygram para grabar un disco
en ese sello, aunque se hizo bajo estrictas condiciones comerciales, en
las que impusieron que la compañía " sólo participa de la grabación,
la distribución y la publicidad de la banda". Sin embargo, poco tiempo
después de poner la firma en el contrato, el sello distribuyó en dos medios
de la Capital los DATs con el hit " El rito de los corazones sangrando"
y La Renga tuvo que afrontar con hidalguía la primera zancadilla. La discográfica
editó bajo su sello " A donde me lleva la vida" con una polémica
foto de tapa en la que se mostraba un bebé saliendo del útero de su madre,
lo que desencadenó una enorme polémica e incluso la prohibición en algunos
centros de venta como por ejemplo en los supermercados Carrefour. Cuando
la batahola había pasado, La Renga se enfrentó con un desafío mucho más
placentero: su primer concierto en el estadio Obras, privilegio que llegó
gracias a algunos ahorros que habían guardado desde el inicio de su carrera.
Fue La Renga la que se encargó de alquilar el estadio de la avenida Libertador.
La fiesta marcó un hito en la historia del grupo y todo eso quedó registrado
en una cinta que ya en el 95 sería el tercer disco, " Bailando en una
pata". Nadie de los que asistió a ese espectacular show podrá olvidar
el momento en que una disparatada murga ingresó a escena para tocar el tema
" Blues de Bolivia", que había convertido desde hacía mucho en
un ritual de la banda. El año 94 se cerraba con todos los laureles al cuello,
pero las cosas iban a cambiar pocos meses después, ya en 1995 cuando La
Renga vio salir a la venta el disco grabado en vivo, con baja calidad y
en el que no se registraron variantes musicales ni incorporación de instrumentos.
Además de ésto, dos accidentes detuvieron durante algunos meses la actividad
porque Chizzo chocó con su moto contra un taxi en plena Avenida Santa Fe
y a Tete le ocurrió lo mismo contra un automóvil particular, pero en la
provincia de Salta. " Lo que pasa es que el rock & roll siempre
tuvo esa fama de llegar al límite y probar estados sobrenaturales",
explicó el cantante al soslayar a través de su explicación que el repentino
crecimiento del grupo y su fama los hizo excederse en sus festejos. Hubo
que esperar que desaparezcan los yesos y entonces La Renga resolvió volver
a los escenarios. A esta altura el promedio de convocatoria por show superaba
las cinco mil personas y por eso no dudaron en aceptar una oferta para meterse
en Obras por cuatro noches a lo largo del año. Con poca publicidad y casi
ninguna nota periodística, el grupo llenó cada uno de los recitales, logrando
un total de 25.000 espectadores. Sin embargo, hacia fin de año, La Renga
se hizo más conocida por la supuesta "apología a las drogas" que
realizaba a través del polémico blues en el que sugería "cocaína, cocaína,
ya me voy para Bolivia/ cocaína, marihuana, me espera una boliviana. La
canción ponía al público en estado de estupor y durante los recitales hacían
girar sus remeras por el aire. Con el tema "Blues de Bolivia"
no quedó otra que salir a dar explicaciones frente a las autoridades diplomáticas
del país del altiplano que ya se habían fastidiado con la difusión en radios.
"Era una sátira, nada más, la idea sobre la que está construida la
canción es que, al final, muchos de los que prohiben la droga terminan haciendo
su comercio" resaltó un comunicado. En definitiva, Abel Gardone, abogado
del grupo, puso punto final a la polémica tras enviar un pedido de disculpas
al gobierno de Bolivia, que de inmediato fue difundido por la prensa local,
y no hubo pena legal en la causa iniciada en el Juzgado Federal número 3.
Ya corría el año 1996, y el grupo comenzó a tocar algunas canciones nuevas
cuyas letras habían sido difundidas en un periódico denominado "El
Precipicio", editado y difundido por amigos de la banda en la entrada
y salida de sus recitales. Los recitales y la magia que nota en la relación
con el público seguía intacta. Antes del final de este año, los muchachos
de mataderos encararon el siguiente trabajo discográfico con una profesionalidad
impecable y así nació "Despedazado Por Mil Partes", que denota
algunos retoques sonoros y también de composición. En las letras de canciones
como "El Final es Donde Partí", "La Balada del Diablo y la
Muerte", "Hablando de Libertad", "A la Carga Mi Rock
& Roll" se pueden detectar rasgos poéticos y elogiables inyecciones
de calidad literal. La grabación de esta placa también fue a todo trapo
porque se hizo en los estudios ION, se mezcló en Panda y se masterizó en
la ciudad de Los Angeles. La producción fue de Ricardo Mollo y Tony Peluso
se encargó de la mezcla y la masterización. Con el disco en las bateas y
un video, "El final es en donde partí" -realizado por Diego Kaplan-
apareciendo en la importante cadena MTV, La Renga llegó a todo Latinoamérica
y además allanó el camino para despedir el año con dos shows en Obras los
días 13 y 14 de diciembre. Allí implantó un espectáculo artístico que combinó
teatro y música. El año 97 lo llevó a consolidar su popularidad en otros
países de Latinoamérica, como en México, que es uno de los mercados más
exigente de lengua española. Hasta allí fue el trío de Mataderos con toda
su cultura barrial.
Al
regresar de la gira participa junto a varias bandas de renombre (léase Los
Piojos, Bersuit Vergarabat, Las Pelotas, Todos Tus Muertos, Divididos y
otros) una serie de shows en homenaje al cumplimiento de los veinte años
de lucha de Las Madres de Plaza de Mayo. La primera de ellas se realizó
en la cancha del club Ferrocarril Oeste ante más de veinte mil personas.
Ya sobre el final del '97
se presentan por primera vez solos en el estadio de Atlanta ante veinte
mil seguidores, lo que confirma la gran convocatoria de la banda, detrás
de Patricio Rey y sus Redonditos de ricota. Los muñecos que aparecen en
“La balada del diablo y la muerte” y “Veneno” fueron hechos por Víctor Poleri,
un amigo de la banda. Llegó el '98
y con él se realizó el festejo por los diez años de la banda en la Carpa
de la Dignidad montada enfrente del Congreso por los docentes argentinos
en reclamo de mejoras de la educación argentina. Durante el año, la banda
se encargó de llevar su música por el interior del país y girando por primera
vez en Uruguay. Además, fueron invitados por Los Suaves de España para realizar
sendas actuaciones en la Madre Patria. Al finalizar el tour, los integrantes
del grupo se dedican a comenzar con la producción de su quinto trabajo discográfico.
Finalmente el 22
de septiembre apareció el nuevo álbum, sin título, el cual en menos de una
semana se convirtió en Disco de Platino como prueba de la convocatoria generada
por el grupo.
"El
disco de la estrella"
fue presentado en dos recitales hechos nuevamente en el estadio de Atlanta
ante un total de cuarenta y ocho mil espectadores. Como invitado a esos
shows estuvo el cantante de Los Piojos, Andrés Ciro y el grupo de percusión
La Chilinga. En Semana Santa de 1999
presentaron su show en Mar del plata y en Cemento estuvieron como invitados
de la actuación de El Tri en Argentina. Después de pasear su música por
San Luis, Bahía Blanca, San Francisco de Córdoba, Las Grutas, San Carlos
de Bariloche, Mendoza y La Plata planearon hacer dos recitales en Platense,
pero el intendente de Vicente López, Sr. Enrique García, prohibió arbitrariamente
que se realicen estos recitales una semana antes de la fecha estipulada.
Pero los muchachos se movieron y pasaron las dos fechas para Huracán unas
semanas después. Y la espera valió la pena, esta vez nadie se opuso a la
fiesta y La Renga tocó para mas de treinta mil personas en cada recital,
presentó temas de su próximo álbum, tocó un cover del Grupo Pastoral y tuvo
como invitados a Ricardo Mollo (en el segundo recital estaba con fiebre
y tocó igual), Pappo, Los Piojos, Fachi de Viejas Locas, Larry de Nepal
y el ex guitarrista de La Renga, Locura Dilello. Una semana más tarde se
presentaron en Rosario y terminaron el año tocando en Flight City junto
a Caballeros de la Quema (sin Iván Noble), MAM y la la Banda del Piojo.
El
2000 empezó con un recital es Montevideo junto a bandas locales (No te va
a Gustar y otras Uruguayas), el primer recital en Argentina tuvo lugar en
Chascomús (en el estadio cubierto del Instituto del Corazón de María), semanas
más tardes tocaron en Bariloche, este recital no tuvo publicidad y fue a
beneficio de Almendra (una chica que necesitaba operarse). A principios
del mes de julio, La Renga se presenta sorpresivamente en la capital, como
invitados especiales en un recital que Maldita Suerte realizo a beneficio.
"La
Esquina del infinito" es el nombre del sexto trabajo de La Renga, que
salio a mediados del año 2000, con una gran expectativa y una gran demanda
del disco en todas las disquerias del pais.
El disco cuenta con 11 temas y un track extra. Se estreno en el estadio
de Ferro Carril Sud, en Caballito, durante las noches del viernes 13 y sabado
14 de octubre, ante mas de 50.000 espectadores, y recitales sin disturbios.
Dos de los 11 temas nuevos ya habian sido presentado en Huracan el 4 - 12
-99 (En el baldio y El rey de la Triste Felicidad).
Durante
el verano del 2001, La renga presento el disco en Santa fe y Villa Gessel
con una gran convocatoria en ambos recitales....
la
ciudad de buenos aires se veia nuevamente empapelada por el motivo del show
de La Renga Nuevamente en el estadio de C.A.Huracan. Estavez, fue el 19
de mayo con la intencion de editar el 7 cd de la renga, en vivo. A Su vez
se editaria el DVD conteniendo el 100% del Show.
Finalmente,
hacia principios de septiembre salio el 7 disco: Insoportablemente Vivo.
“Insoportablemente vivo”, el nuevo disco
de La Renga, es el reflejo del show del 19 de mayo de este año en el estadio
de Huracán. De los treinta y dos temas que la banda tocó esa noche, la de
mayor convocatoria en su historia, solo quedó afuera “La nave del olvido”.
La selección de canciones sirve para hacer un repaso de la discografía y
presentar dos temas inéditos: “Un tiempo fuera de casa” y Oportunidad oportuna”.
Según palabras de Chizzo, son “dos temas de la adolescencia”.
Este segundo disco en vivo tuvo como músicos invitados a Pappo, Pablo Martinián
en teclados y a Ricardo Mollo, quién también participó de la producción
artística. Musicalmente, el material es de una muy alta calidad y la lista
de temas elegida logra crear un clima intenso de principio a fin. A todo
esto hay que agregarle una revista con fotos de la banda, la cual tiene
un diseño prolijo y bien logrado. Y lo más destacable es la película que
se proyecto en el cine Lorange, que además de mostrar el recital, contiene
imágenes de su historia, relatada por los cinco músicos y los plomos.
Por todo esto se puede decir que “Insoportablemente vivo” es más que un
simple disco grabado en vivo. Es un producto pensado para los fanáticos,
tiene una excelente presentación, y mucho rocanrol. Tiempo mas tarde, La
película saldria de gira por el país, presentándose así en ciudades del
interior como; Mar del Plata, Rosario, Córdoba, Mendoza, Bahía Blanca, Villa
Gessel (en temporada).
Sin
ningún tipo de publicidad, la renga toco en el estadio de obra sanitarias,
presentando el disco nuevo, fueron 5 estadios.
Llegaría
diciembre del mismo año, y ante el estallido nacional, La Renga se presenta
En plaza de mayo totalmente de incógnito.
Estamos
en el 2002, y la publicidad ya parece ser un gasto innecesario para la banda.
El boca en boca otra vez en marcha, esta vez con, motivo del primer show
del año de la banda. El Hangar, en Liniers,
la cita para el sábado 12 de enero. Tiempo Mas adelante, llegaría
la única presentación en la costa Argentina; Villa Gesell, el 2/2/2, en
el Autocine, donde unas 5.00 almas presenciamos el increible show. Como
invitado estuvo Pity de Los Piojos en el anteultimo tema: la balada del
diablo y la muerte. Tambien Vende Patria Clon, fue dedicada al Corrupto
gobierno argentino.